Reuniones de humanos en casa
07.09.2024

Artículo: "La Pesadilla de las Reuniones Humanas: ¿Por Qué Me Tratan como un Maldito Peluche?"
Por Twurky, el Gato Blanco de Ojos Azules con Orejas Amarillas Tostadas
Lo diré de manera directa, porque ya estoy harto. No soporto las reuniones humanas en mi casa. Sí, mi casa. No me malinterpreten, entiendo que los humanos tienen la necesidad de reunirse, hablar de cosas aburridas como el trabajo, el clima o lo que sea que los haga sentirse importantes. Pero ¿es absolutamente necesario que yo, Twurky, me vea arrastrado a este circo social una y otra vez?El Horror Comienza
Todo empieza siempre igual. Primero, el timbre suena. Y ya sé que mi día se ha arruinado. Los humanos empiezan a moverse como hormigas en pánico, preparando la casa, como si el hecho de que otras personas entren aquí fuera el acontecimiento del siglo. ¿Y yo? Bueno, aparentemente mi opinión no cuenta.Luego entran los invitados, y ahí es cuando el verdadero **infierno** comienza. Me ven, el majestuoso Twurky, con mis ojos azules deslumbrantes y mis orejas amarillas tostadas, y de inmediato sus caras se iluminan como si acabaran de descubrir un juguete nuevo. "¡Mira qué lindo el gatito!" ¿Gatito? ¡Soy un **feline superior**, no un peluche de feria!
El Calvario del "Peluche"
Lo peor de todo es cuando uno de ellos se atreve a levantarme. Me agarran como si fuera un peluche suave, sin importarle lo que yo quiero. Mis bigotes se retuercen de pura indignación, y trato de mantener la calma, pero por dentro me hierven las venas. Me acarician, me aprietan, y mientras tanto, todos los demás humanos hacen sonidos ridículos como si estuvieran hablando con un bebé. "¡Qué lindo! ¡Qué suave! ¡Mira su pelaje!"¡BASTA YA! No soy un adorno ni una curiosidad para que pasen sus manos sobre mí como si fuera una almohada de terciopelo. Mi dignidad está siendo pisoteada. Y lo peor es que no importa cuánto intente huir, siempre habrá alguien dispuesto a "cuidarme" como si fuera incapaz de cuidar de mí mismo. ¡Qué insulto!
¿Dónde Está Mi Respeto?
Lo que realmente me molesta es que parece que nadie en esas reuniones se da cuenta de que **soy un ser vivo con pensamientos y emociones**. No soy parte de su decoración. No soy un cojín para sus lapsos de ternura. Me llaman solo cuando quieren mostrarme como una mascota perfecta para impresionar a otros. Pero cuando los necesito, cuando quiero tranquilidad o un espacio en mi propio sofá, de repente soy invisible.¿Alguna vez se han preguntado cómo me siento al respecto? Claro que no. Los humanos parecen pensar que soy un simple objeto, diseñado para recibir su afecto sin protestar. Pues déjenme decirles algo: detesto cada segundo de esas reuniones.
Mi Plan de Escape
A veces, en medio de todo este caos, logro escabullirme. Me escondo en mi lugar secreto, donde ningún humano molesto puede encontrarme. Es mi pequeño refugio donde puedo recuperar un poco de mi dignidad felina. Y mientras estoy allí, escucho el bullicio a lo lejos y sonrío para mis adentros. Porque sé que, aunque ellos crean que me controlan, soy yo quien siempre tiene la última palabra.La Moraleja de Esta Historia
Así que, humanos, si alguna vez leen esto, escuchen bien: no soy su peluche. Soy Twurky, un ser con voluntad propia, y exijo respeto. Si van a invitar a gente a MI casa, al menos tengan la decencia de mantenerlos lejos de mí. Y si no pueden hacerlo, bueno... no me culpen cuando accidentalmente derrame una copa de vino o deje algún "regalito" en el sofá de sus preciados amigos. Después de todo, los gatos también tenemos nuestros límites.---
En esta reflexión, Twurky muestra su lado más malhumorado y deja en claro su desprecio por las reuniones humanas, donde lo tratan como un peluche. Con su mordaz crítica, nos recuerda que, aunque los humanos piensen que controlan a sus mascotas, la realidad es muy diferente.